“Cuando los medios de comunicación informan sobre un suicidio, no solo están contando una historia: están moldeando cómo la sociedad comprende, siente y reacciona ante esta realidad.
En Chile y en el mundo, hemos observado coberturas que, terminan reforzando mitos, generando pánico moral o incluso romantizando la muerte. Esto se vuelve aún más preocupante cuando proviene de figuras públicas, cuya influencia modela creencias y comportamientos.
Vemos tres errores comunes en la comunicación sobre suicidio:
1.- Intentar explicarlo como resultado directo de un solo evento —una ruptura amorosa, acoso escolar, etc.— es una simplificación dañina. Esta visión perpetúa estigmas e impide comprender su complejidad. El suicidio es un fenómeno en él que interactúan distintos factores. Invisibilizar esta complejidad limita las estrategias de prevención efectivas.
2.- Emitir juicios de valor hacia quienes mueren por suicidio. Tildarles de “cobardes” o “egoístas” es profundamente dañino. Este tipo de discurso bloquea la empatía social, desalienta la búsqueda de ayuda y profundiza el aislamiento de quienes ya se encuentran en situación de vulnerabilidad.
3.- Romantizar o ritualizar la muerte. La difusión de imágenes del sitio del hecho o de homenajes espontáneos no mediados —como altares o animitas— puede reforzar la idea de que el suicidio es una forma de “trascender” o de “ser recordado”, especialmente entre jóvenes. Este tipo de cobertura puede facilitar el denominado “efecto Werther” o efecto contagio, donde una muerte por suicidio desencadena conductas imitativas en personas vulnerables.
A pesar de que existen directrices nacionales e internacionales sobre cómo comunicar el suicidio de manera segura, los errores persisten en medios. Es momento de avanzar hacia soluciones más estructurales. ¿Por qué no crear una agencia nacional que regule y certifique las comunicaciones sobre salud mental y suicidio?.
Hablar de suicidio exige más que buena voluntad: exige responsabilidad, formación y corresponsabilidad social. Los medios deben capacitarse y colaborar con especialistas en salud mental y prevención. Pero también nosotros debemos asumir un rol activo: denunciar narrativas dañinas, visibilizar errores recurrentes y promover coberturas respetuosas que den espacio a la esperanza, a la búsqueda de ayuda y al testimonio de quienes han encontrado formas de reconstruir su vida.
Si tú o alguien que conoces necesita apoyo, recuerda que puedes encontrar orientación en www.opa.ufro.cl, llamar al *4141 desde cualquier celular, o escribir al chat “Hablemos de Todo”.
PhD Tamara Otzen Hernández
Directora Doctorado en Ciencias Médicas
Encargada Vinculación con el Medio
Departamento de Especialidades Médicas
Facultad de Medicina – UFRO